- Anna Terrón. Directora de la Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas (FIIAPP). Diputada del Parlamento Europeo (1994-2004)
- Sami Nair. Filósofo y politólogo, Catedrático en Ciencias Políticas por la Universidad de París
La Unión Europea prefigura un espacio común de libertad, seguridad y justicia que presupone el control común de las fronteras exteriores y exige una política de migración compartida y, en el mismo nivel, una lucha constante contra el racismo y la xenofobia. Las bases para todo ello están fijadas por los tratados, nuestra norma fundamental, desde hace dos décadas. Pero su desarrollo ha estado marcado por la tensión permanente entre los impulsos hacia la integración prevista y las fuertes resistencias nacionales a ceder competencias en temas como las políticas exteriores e interiores de inmigración para seguir autogestionando sus fronteras. Decimos querer una política de inmigración compartida pero la realidad no es esa.
En el marco de la libre circulación existente, pero de integración incompleta en tantos aspectos es necesario plantearse distintas preguntas:¿Existen realmente marcos compartidos para las políticas de inmigración en el interior de la UE? ¿Con qué políticas de los Estados para la regulación interior de la inmigración son compatibles? ¿Cuáles serían las políticas necesarias? ¿Deben contemplar regulaciones nacionales?
Por otra parte, la Unión Europea es un proyecto político con voluntad de influir en la escena internacional. La Política Exterior y de Seguridad Común, y la Política de Vecindad, son instrumentos clave de este posicionamiento europeo. Por ello, desde 2003, la Política Europea de Vecindad trabaja para fomentar la asociación política y la integración económica de la UE con sus países vecinos: desde Marruecos hasta Azerbaiyán y Georgia, pasando por Israel, Siria y Jordania, la Unión Europea busca crear un entorno de estabilidad y de seguridad a su alrededor. El Alto representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, el Comisario para la Política Europea de Vecindad y Negociaciones de Ampliación o el Servicio Europeo de Acción Exterior son algunos de los instrumentos de los que se dota la Unión para afrontar estos retos. Pero en un contexto convulso cabe preguntarse si la Unión Europea está respondiendo a los retos planteados en su entorno más inmediato. Las fronteras se convierten ellas mismas en un desafío, como ha puesto de relieve la crisis humanitaria que se está viviendo en las costas del mediterráneo, en especial en lo que se refiere a la política de asilo).
Ante esta situación, ¿Qué política de inmigración exterior es necesaria? ¿Es la política exterior en África hoy el único consenso de los países de la UE? ¿Cómo reforzar la asociación política y la integración económica de estos países con la UE? ¿Cómo avanzar en la construcción de un espacio de prosperidad, estabilidad y seguridad común en el amplio ámbito geográfico de la vecindad oriental y meridional, del Mediterráneo al Cáucaso? ¿Cómo se integra Europa en un modelo de gobernanza mundial y cooperación efectiva entre organismos internacionales?