Crónica de la web del IVIE (Clica aquí)
Joaquín Maudos, director adjunto de Investigación del Ivie y Ferriol Sòria, director de la Fundació Ernest Lluch; se encargaron de introducir el diálogo y moderar las preguntas de los asistentes, posteriormente, en este tercer diálogo del ciclo que organiza la Fundació Ernest Lluch y el Ivie y que se celebró ayer en la sede de la Fundación Bancaja de València.
“Solo la competencia impulsa la innovación, pero en la economía digital, la elevada concentración de poder de las empresas tecnológicas reduce esa competencia, ya que no se puede competir contra plataformas que tienen el 90% de mercado”. Con esta idea inicial comenzó la tercera sesión del ciclo de diálogos La innovación como destrucción creativa, que organiza la Fundació Ernest Lluch y el Ivie en Valencia. Juan José Ganuza, director de Mercados, Regulación y Competencia de Funcas; y José Ignacio Conde-Ruiz, subdirector de Fedea; fueron ayer los protagonistas de un diálogo que analizó los riesgos de los monopolios tecnológicos.
El mercado digital está dominado por muy pocas plataformas que tienen ventajas competitivas enormes, porque controlan los datos. Para los dos expertos que ayer participaron en València en el diálogo Innovación, poder de mercado y desigualdad, esa excesiva concentración impide la generación de innovación fuera de las grandes empresas porque cuando detectan un proyecto innovador que puede tener éxito lo compran y acaban con la competencia. “Es muy grave que los jóvenes emprendedores que quieren innovar sueñen con vender su innovación a Google y no con competir con el navegador”, alertó Juan José Ganuza.
Tanto Juan José Ganuza como José Ignacio Conde-Ruiz coincidieron en que la fórmula para frenar el uso abusivo del poder de mercado de las grandes tecnológicas es la regulación de la competencia. Además, explicaron que la normativa destinada a garantizar la competencia no debería centrarse solo en las grandes fusiones, sino también en la compra de startups, porque el mayor problema se produce cuando las grandes compran a las que tratan de innovar más pequeñas para acabar con posibles competidores. Para los ponentes la nueva ley europea que quiere aumentar la regulación sobre la competencia digital es un paso prometedor en ese sentido.
Además, Ganuza quiso destacar la necesidad de una mayor implicación de la sociedad y de los medios de comunicación para presionar al legislador y demandar mayor competencia. “La opinión pública todavía no se ha dado cuenta de los beneficios que se obtendrían con una mayor competencia en la economía digital”, añadió. Por otro lado, también recordó el papel del consumidor digital, que “sin darse cuenta, está regalando sus datos a las plataformas digitales que venden la información y consiguen grandes beneficios”.
Según el director de Mercados, Regulación y Competencia de Funcas, la cara positiva de las plataformas digitales es que “expanden el mercado”, lo que significa más consumo, más empleo, la posibilidad de alcanzar un mercado global también para los pequeños productores, y en definitiva Bienestar, aunque es necesario regular los efectos externos que estas plataformas generan.
El diálogo que se celebró ayer por la tarde en la Fundación Bancaja de València también dedicó tiempo a analizar la situación del mercado de trabajo en la economía digital. Por un lado, los ponentes comentaron la necesidad de regular las condiciones laborales de las personas que trabajan por cuenta propia para una o diversas plataformas digitales para igualar sus derechos a los del resto de personas ocupadas
Al mismo tiempo, recordaron los riesgos que la automatización de tareas puede tener para los trabajadores poco formados y ocupados en actividades rutinarias y mecánicas fácilmente sustituibles por tecnología. En este punto, el subdirector de Fedea destacó que España puede ser uno de los países que menos se vea afectado por este proceso de sustitución de empleo. En su opinión, el sector industrial es el que sufrirá más la automatización, mientras que los servicios, y el turismo entre ellos, no se verán tan afectados porque son trabajos que no se pueden sustituir por máquinas fácilmente. “España no destaca por su sector industrial potente, pero sí por sus servicios y, en este caso, eso nos va a beneficiar”, afirmó José Ignacio Conde-Ruiz.
En cualquier caso, tanto Ganuza como Conde-Ruiz coincidieron en otorgar a la educación el papel más destacado en la adaptación a los cambios en el mercado laboral que está produciendo la economía digital. “Los trabajadores tendrán que estar siempre formándose para adaptarse a la innovación. Sin embargo, España no está invirtiendo en educación lo que debería”, comentó el subdirector de Fedea. Además, en su opinión, sería un mejor el gasto que se va a utilizar en la revalorización de las pensiones para aumentar el presupuesto de educación en un 30%. Por su parte, José Ignacio Ganuza se mostró muy preocupado por la segregación que se está produciendo en la escuela pública, de la que está desapareciendo la clase media, afirmó.
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