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Los efectos de les inmigración sobre el estado del bienestar según Herce y Moreno

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27 de septiembre de 2019

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 La Fundació Ernest Lluch y el Ivie, en colaboración con la Fundación Bancaja, celebraron ayer el segundo de los diálogos incluido en el ciclo En busca de la prosperidad: los desafíos de las migraciones, en el que se plantearon los efectos que tiene la llegada de inmigrantes en la sostenibilidad del estado de bienestar. José Antonio Herce, director asociado de AFI (Analistas Financieros Internacionales); y Francisco Javier Moreno, científico del Instituto de Políticas y Bienes Públicos del CSIC, protagonizaron el debate y coincidieron en señalar que han surgido nuevas necesidades de protección social que nuestro sistema de bienestar no está siendo capaz de atender y que los inmigrantes son uno de los colectivos que está resultando más perjudicado.



La precariedad laboral, la dependencia, la desigualdad son riesgos sociales nuevos que tienen que obligar a nuestro estado de bienestar a recalibrarse, a pesar de la presión que puede suponer los 8 millones de votantes que representan los pensionistas y que parecen intocables para los políticos, explicó Moreno.



En opinión de Herce, la inmigración no ha agravado estos problemas, al contrario, la inmigración es un recurso, que ayuda a las economías, pero que hay que gestionar bien. Durante años, los inmigrantes han aportado sus cotizaciones al sostenimiento del estado de bienestar y, es justo que, ahora cobren la pensión que les pertenece, aunque ya se hayan marchado de nuestro país. Además, aclara: “los recurso para pagar la jubilación no son las cotizaciones que pagan los que actualmente están trabajando, sino que es el tiempo. Tendremos que aceptar que hay que trabajar más tiempo, porque nos hemos empeñando en fijar la barrera de la jubilación en los 65 años y eso es insostenible”. También Moreno rechaza la idea de que la población inmigrante absorba los recursos públicos y afirma que este es un mensaje sin ningún tipo de fundamento en evidencia empírica, que se apoya únicamente en los prejuicios de la población ante el que es diferente. Para ambos ponentes, la labor de difusión de la realidad de la inmigración debe recaer en la administración, mostrando datos que demuestran, por ejemplo, que el uso de la sanidad es mucho menor en el caso de los inmigrantes.



Además, para Herce la inmigración es un fenómeno casi predecible, “tenemos datos sobre los flujos de inmigración para poder anticiparnos y ser capaces de prevenir problemas”. Por su parte, para Moreno, la demanda de mano de obra determina donde va a ir la inmigración y no las ayudas sociales que se ofrezcan, por eso, “no hay flujos de inmigrantes hacia zonas con rentas mínimas garantizadas”. El científico del CSIC destacó también que el gasto social no es solo gasto, sino que es inversión social que nos permitirá sentar las bases para una sociedad más competitiva que pueda asumir en los nuevos riesgos sociales y no abandone a los jóvenes, a los inmigrantes y a las mujeres que son cabeza de familia.