El pasado 15 de abril se celebró en el Palau Macaya la tercera sesión del Ciclo “De Platón a Aristóteles: disfrutar o sufrir la longevidad”. Ésta continúa en la línea de los diálogos anteriores, y tiene como precedente la disertación llevada a cabo por Lola Puga sobre las nuevas condiciones de vida en una nueva vejez.
La sesión fue iniciada por el Presidente de la Oficina del Club de Roma en Barcelona, Jaume Lanaspa, quien también habló en nombre de la Fundación Ernest Lluch. Éste introdujo el diálogo, y agradeció tanto al público como a las instituciones que hicieron posible la sesión su asistencia y participación.
El CaixaForum Macaya acogió en Chechu Ausín, investigador científico y director del Instituto de Filosofía del CSIC (Grupo de Ética Aplicada, GEA), cuyas áreas de investigación y trabajo son la ética pública, la bioética, los derechos humanos y la filosofía de las tecnologías disruptivas.
El ponente empezó su disertación argumentando qué la soledad es política, y cómo está íntimamente conectada con el cambio social y la promesa tecnológica. El investigador distingue entre dos tipos de soledades: la deseada y la no deseada. El eje del diálogo giró en torno a la soledad no deseada, ya que es la que suele generar dolor y convertirse en una cuestión social. Es un problema clave como determinante a la hora de debilitar la salud de las personas de edad avanzada. En ese sentido, Ausín citó estudios que establecían correlaciones entre la soledad y el aumento de enfermedades cardiovasculares, psicológicas o las tasas de suicidio.
Al vivir en una sociedad absolutamente digitalizada, muchas de las posibles soluciones a los problemas de la soledad se han relacionado con las nuevas tecnologías. Aunque pueden ser útiles para paliar los efectos de la soledad, éstas no son la solución al problema que pasa por un aumento de la intervención pública. Debe plantearse la tecnología, en palabras del ponente, como complemento y no como sustituto. Es vital introducir elementos éticos en los robots como la privacidad, la seguridad y la protección. Los robots nunca podrán preentar atributos inherentes a los seres humanos, y el tener robots encargados de hacer compañía a las personas en situación de soledad puede generar problemas éticos y morales a abordar.
La sesión terminó con una rica conversación entre el público y el investigador vasco.
La próxima sesión será el día 27 de mayo a las 18 horas a cargo de Javier Yanguas, director científico del programa de personas mayores de la Fundación “La Caixa”, con el título de “Tendencias en 10/20 años: retos de la nueva longevidad”.
(Héctor Díaz Fernández)
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