Ernest Lluch fue ministro de Sanidad y Consumo durante la II legislatura (1982-1986) y su conducción fue decisiva para la reforma sanitaria y por la edificación del Estado del bienestar. Impulsó la Ley General de Sanidad de 1986 y el Plan nacional sobre drogas (1985), que descentralizó los servicios sanitarios en comunidades autónomas, consagró como objetivo a medio plazo la universalización de la asistencia sanitaria y previó la financiación con cargo a impuestos. Bajo su dirección también se desarrolló una nueva red de Atención Primaria, se integraron los hospitales públicos, se transformó la salud mental, se modernizó la evaluación y el control de los medicamentos y la prestación farmacéutica, se saneó el régimen del personal, se reordenó la formación médica especializada y los trasplantes de órganos recibieron un fuerte empuje.

El Ministerio de Sanidad durante su mandato mejoró sus vacunas contra la poliomielitis y dio respuesta a la nueva pandemia del SIDA. También se reorganizó el Fondo de Investigaciones Sanitarias y se promulgaron la Ley de Defensa de los Consumidores y Usuarios y la primera Ley del aborto.