- Jorge Barrero. Director General de la Fundación COTEC. Divulgador científico y experto en transferencia tecnológica.
- Helena Hererro. Presidente y Consejera Delegada de HP para España y Portugal
Sinopsis
La tecnología es fuente de productividad, de bienestar y de calidad de vida. Pero la distribución de sus beneficios puede ser desigual, polarizando la distribución de la riqueza. El avance tecnológico hace que la sociedad disfrute de un creciente bienestar (mayor abanico de productos, de mayor calidad, a menor costes, acceso a la información a un coste muy reducido, etc.), pero al mismo tiempo puede generar diversos tipos de desigualdad: a) ciudadanos cualificados que ven incrementados sus salarios gracias a la mayor productividad de las nuevas tecnologías vs. ciudadanos con salarios muy reducidos en ocupaciones alejadas de la sociedad del conocimiento, o parados al ser sus ocupaciones sustituidas por la tecnología; b) individuos capacitados para acceder al avance tecnológico vs ciudadanos tecnológicamente excluidos por motivo de su edad o nivel de renta; c) ciudadanos tecnológicamente excluidos que se ven abocados a otras formas de exclusión (financiera, cultural, etc.); d) empresas punteras (tecnológicamente avanzadas) que aumentan su cuota de mercado aumentando la concentración del mercado y con ello el poder de esas empresas vs empresas rezagadas; e) gigantes tecnológicos que concentran una parte importante de la riqueza y que en ocasiones, por su gran tamaño, dificultan la entrada de nuevos competidores, en perjuicio del bienestar social.
En el terreno laboral es donde más temores genera el posible efecto negativo del avance tecnológico sobre la desigualdad. Las ocupaciones pueden experimentar grandes cambios en función del efecto sobre las mismas de la digitalización, ofreciendo muchas o nulas oportunidades a trabajadores con distintos perfiles formativos. Los mayores salarios en los sectores productores de tecnología y usuarios intensivos de la misma (como el financiero) contrastan con los reducidos salarios de otros sectores poco intensivos en conocimiento. Conforme se produzcan nuevos avances tecnológicos, la polarización salarial, ¿será mayor y por tanto la desigualdad económica?. ¿Es la ética en los negocios la solución a este problema? ¿Qué papel debe cumplir el sector público para evitar la polarización?, ¿Estamos abocados a un mundo polarizado y más desigual en el que conviven los individuos cualificados-tecnológicos y los no cualificados-no tecnológicos? O, por el contrario, ¿la tecnología permite reducir la pobreza, la polarización y la desigualdad? ¿Qué papel juega la brecha digital en la desigualdad social?